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¿Espíritu Santo, fuerza o persona?

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“Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos uste­des.” 2 Corintios 13:14 NTV 

Es obvio que el Espíritu Santo no puede verse como una representación mental de una fuerza; debido a que, se está emitiendo un juicio sin fundamento de algo inerte que repre­senta un concepto, con una función tan fundamental de la Deidad de Dios como lo es el Espíritu Santo. “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.” 1 Juan 5:7

El concepto de quienes atribuyeron a la persona del Espíritu Santo como una “fuerza” está totalmente distorsionado; es una falacia diabólica. El propósito fue sustentar su dogma de que no hay Trinidad; y eso lo hicieron sin base ni fundamentos bíblicos. No consideraron, que Él es el Espíritu de la iglesia, el Consolador quien estará todos los días con nosotros hasta el fin. El Espíritu Santo es la promesa que Dios ya había declarado por medio de los profetas.

Además, Él está afiliado a todas las actividades creativas de Dios.

En primer lugar, el Espíritu Santo es una persona. La Bi­blia habla de la existencia del Espíritu Santo desde antes de los tiempos. La expresión “hagamos” tiene una connotación de entidad y cantidad; dice que el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de la tierra (Espíritu no fuerza). Estuvo en la concesión de Jesús: “Res­pondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo Niño que nacerá será llamado Hijo de Dios.” Lucas 1:35 LBLA; en el bautizo de Jesús, dice que se posó, “vino” sobre Él.

La Biblia es muy específica al hablar del Espíritu Santo, porque Él está revelado en ella. El Espíritu Santo nos revela las profundidades de Dios; revela a Cristo; revela las verdades eternas; revela las

Escrituras; Él revela todas las cosas; realmente, nos revela lo revelado. La Biblia dice que nos guiará a toda verdad, precisamente, porque recrea los escenarios de la Palabra a nues­tro espíritu. Si usted no puede creer en el Espíritu Santo como una persona de la Trinidad, entonces, mucho menos puede confiar en una fuerza inerte que es ilusa.

Dice la Biblia, “o no sabéis que somos templos del Espíritu Santo. …” Es decir, que Él nos habita, y nos guía a la voluntad del Padre.  Somos seres espirituales. Oramos, para que Dios abra los ojos del entendimiento de muchos que están ciegos. “Por eso les digo, cualquier pecado y blasfemia pueden ser perdonados, excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo, que jamás será perdonada.” Mateo 12:31

Maricela Ortiz