En nuestro país no pocos creen que solo existen uno o dos estilos o clases de enamoramiento. Comúnmente, que un hombre se enamore de una mujer o que una mujer se enamore de un hombre significa que ‘uno se prendó de amor’ (es decir, que usted se siente atraído por los encantos físicos o modos de proceder de aquella mujer) o que aquella mujer ‘se prendó’ de amor por aquel hombre. Y Cualquier tipo de enamoramiento empieza como la sensación de una emoción “normal” o poderosa que consiste en el deseo brutal o desproporcionado de tener para sí o de tocar a la mujer objeto de su enamoramiento.
Los psicólogos de la Edad Media (de hecho eran filósofos), pensaban que los sentimientos, el pensamiento y la voluntad eran facultades del alma de la misma manera que lo eran el conocimiento, el placer y el desplacer, y que como “enamorarse” equivalía a una sensación placentera, pues creían que el enamoramiento no solo era sentirse atraído o dominado por la belleza de una mujer sino que también debía de acompañarse de la capacidad de acercamiento y de persuasión a la mujer y que la pasión puesta en ello era casi imprescindible para atraerse el amor de aquella. He ahí la razón por la cual se dice que en la Antigüedad y la Edad Media solo se conocieron dos tipos de enamorados: 1) el enamorado pasional o auténtico y 2) el enamoradizo (aquel que se “enamora” de todas).
Creo innecesario aclarar que en aquella época ninguna mujer, no importa lo chivirica, sensual o sexy o ‘loca’ que fuera, se atrevía a decir o insinuar que se sentía atraída o enamorada de un hombre porque todas las culturas conocidas hasta entonces prohibían taxativamente que una mujer dijera ni por señas lo que pensaba sobre el hombre de su gusto y fantasías. Por eso, en mi libro Infidelidad Conyugal: Sus mil caras recientemente publicado y que distribuye Librería Cuesta, preciso que en esos años remotos la mujer solo era de interés para el hombre si quería procrear hijos (sobre todo varones), o para ayudarle en el ordeño de cabras y ovejas, en la recolección del trigo, cocinar los alimentos, buscar agua y asistir a los templos. Aunque estuviera casada, ella dormía junto a su marido solo cuando este consideraba que ya era tiempo de procrear otro hijo, y los pechos de esa mujer solo tenían la función de alimentar al recién nacido, no función erótica ni de atracción para el hombre como hoy día. En ese libro reproduzco las palabras del famoso educador y monje católico francés San Juan Bautista de la Salle (siglo 17), quien en su obra Las reglas del decoro en la urbanidad cristiana dice: «Es totalmente indecente y de mala educación conversar o juguetear en la cama».
Se recuerda que todavía en aquel siglo 17, las mujeres seguían durmiendo desnudas a pesar de que la Iglesia lo había prohibido desde mediados del siglo 15 para evitar que los esposos tocaran de sus esposas algunas partes de su cuerpo que pudieran provocarles placer sexual desenfrenado. Y durante la Antigüedad y la Edad Media el Cristianismo y el Islam enseñaban que el pecado, la culpa y la condenación eterna, vinieron a la Humanidad a causa de que Eva en vez de atenerse a solo hacer sexo con Adán para fines procreativos, estimuló a su ingenuo marido a que la tocara con su boca, con sus manos y con…… por puntos o sitios de su cuerpo “peligrosos” por ser muy excitables. Por eso, aquel cura y educador católico insistía en que la mujer cristiana no debía “juguetear”, es decir, tocarse eróticamente con el hombre mientras estuviera en la cama ‘no fuera cosa’ que esos toques desencadenaran los demonios del placer y el erotismo”, que eran considerados extremadamente pecaminosos.
En mi práctica de Terapia Familiar he visto cinco tipos de enamoramientos. [En mi libro ya mencionado están descritos solo 4]. El número 1 es el enamoramiento “lineal”, el 2) el famoso “donjuanismo” o cínico, 3) enamoramiento “estoico”, 4) el enamoramiento “culeco” y 5) el enamoramiento “por ventaja”. El llamado enamoramiento “a primera vista” es el que luego puede convertirse en “culeco”. El “lineal” o No.1, es el que la gente llama “normal” porque usted se enamora a partir del momento en que vio en aquella mujer características físicas o de comportamiento que a usted le agradan y en lo adelante la persigue con un interés progresivo y verídico hasta conquistarla. Es atento y cumple el 75% de lo que promete.
El “donjuanismo” (2) o cínico es el típico enamoramiento falso o “de la boca pa fuera”. Aquí el enamorado tan pronto se acostó con la mujer, vuela y “si te vi…. no me acuerdo”. El No.3 o enamoramiento “estoico” es el más aspaventoso, bizarro, estremecedor, heroico, sufrido y desesperante.
El enamorado a menudo puede causar molestias e intenta controlar a la mujer y llega a cometer ridiculeces, cosas que muchas mujeres no soportan. Por ejemplo, uno de mis pacientes cometió la impertinencia de visitar a dos tías de la joven (una en la capital y la otra en Azua) sin previo aviso para decirles que él estaba a sus órdenes, incluso le obsequió dos mil pesos a cada una, aunque aún la sobrina no le había dado “el sí”. El No.4, el enamoramiento “culeco”, es bastante común en nuestro país. Es arrebatador y a menudo hasta se pasa de rosca. Todo el barrio o el pueblo se entera que “Willy” anda tras “Estefany” como anda un loco proclamando sus delirios por la calle; el sujeto pone al tanto a toda su familia, a la de ella, sus amigas, sus compañeras de estudio o de trabajo, de que él da la vida por “Estefany”. La frase “me estoy enamorando de ti” no tiene existencia real porque uno se enamora y punto, pero el enamorado “culeco” cree que eso es posible y por eso es común oírle decir, “Estefany, me abriré el corazón para que veas como crece mi enamoramiento por ti”. Lo paradójico es que muchísimas mujeres de todas las edades se dejan sorprender por el enamorado “estoico”, por el “cínico” y hasta por el “Don Juan”.
Finalmente, aquí también tenemos el No. 5 o enamoramiento “en busca de una mejor vida”. Este apareció en nuestro país a partir del 1990 cuando miles de ciudadanos empezaron a migrar hacia Estados Unidos. Quienes no tenían parientes cercanos que pudieran facilitarles su migración legal, descubrieron que aquello se conseguía mediante el fingimiento de que se estaba perdidamente enamorado de “Mechy” que reside legalmente en Nueva York y con un engaño al Consulado se recurre al llamado “matrimonio por negocio”.
(pedroantoniomendoza310@gmail.com