El sábado 16 de diciembre la única parroquia católica en la Franja de Gaza, La Sagrada Familia, sufrió el ataque de soldados israelíes, causando la muerte de Nahida y de su hija Samar, dos fieles que durante sus vidas testimoniaron un gran compromiso a favor del prójimo.
En ese sentido, ha sido el sacerdote misionero argentino quien relató a Radio Vaticana-Vatican News, la historia de ambas mujeres, cuyos asesinatos también han conmovido al Papa Francisco.
Ambas “eran muy buenas personas”, afirmó el P. Romanelli. “Nahida era madre de una familia numerosa, con muchos hijos, casi todos casados… Entre los hijos solteros estaba Samar, la mujer que fue asesinada. Samar era la cocinera del Hogar de las Hermanas de la Madre Teresa. Tanto la madre como la hija participaban en todas las actividades”.
Ayer, Vatican News informó que Samar fue “asesinada mientras intentaba socorrer a la anciana, alcanzada” por los disparos israelíes.
Por su parte, el Patriarcado Latino de Jerusalén relató que ambas fueron muertas cuando se dirigían al convento de las religiosas, dentro del complejo parroquial. “Una murió mientras intentaba llevar a la otra a un lugar seguro. Siete personas más resultaron heridas a tiros mientras intentaban proteger a otros dentro del recinto de la iglesia”, señaló.
De acuerdo a Vatican News, el argumento del Ejército era que dentro de la parroquia había un lanza misiles. Sin embargo, el Patriarcado Latino de Jerusalén ha denunciado que no hubo ningún aviso previo o advertencia por parte de los soldados israelíes. Los refugiados “fueron baleados a sangre fría dentro del local de la parroquia, donde no hay beligerantes”.
Asimismo, ayer en la mañana un tanque israelí disparó contra el convento de las Misioneras de la Caridad que está al lado de parroquia, destruyendo el generador eléctrico y dejando el edificio inhabilitado a causa del incendio.
Ahora, ha indicado el Patriarcado Latino de Jerusalén, las 54 personas discapacitadas que eran acogidas por las religiosas han quedado sin hogar, y varias de ellas sin los respiradores que necesitan para sobrevivir.
El P. Romanelli compartió que “Nahida formaba parte del grupo de mujeres de la cofradía, el grupo de Santa Ana. Era muy activa en este grupo”.
“En todas las actividades en las que participaban las familias, ella venía con sus hijos, sus nietos… Y Samar también, Samar asumió muchas tareas, nos ayudó a organizar muchas actividades, incluso con los jóvenes y con el propio grupo de Santa Ana. Todos, toda esa familia, la familia Anton, está muy unida a la iglesia, a la parroquia. Es una gran pena”, expresó el sacerdote.