Las autoridades nicaragüenses acusan al padre Jaime Iván Montesinos Sauceda, de la diócesis de Matagalpa, de cometer actos que atentan contra la independencia y la integridad de la nación, y lo acusan de traición.
En el marco de la actual represión del régimen sandinista del presidente Daniel Ortega contra la Iglesia católica y los opositores políticos, las autoridades policiales de Nicaragua han detenido a otro sacerdote.
El padre Jaime Iván Montesinos Sauceda, de la parroquia de San Juan Pablo II, en la diócesis de Matagalpa, fue detenido la noche del martes 23 de mayo, cuando circulaba por una carretera que conduce al municipio de Esquipulas.
Según un comunicado oficial difundido el jueves, el sacerdote es «sospechoso» de «cometer actos que atentan contra la independencia e integridad de la nación» y será llevado ante un juez para ser juzgado por «traición a la patria».
En cuanto a las detenciones anteriores de sacerdotes en Nicaragua en los últimos meses, las acusaciones se basan en un artículo de la nueva Ley para la Defensa de los Derechos de los Pueblos a la Independencia, Soberanía y Autodeterminación para la Paz, que se introdujo en 2020.
Se descubre que el sacerdote «actuaba de forma sospechosa».
El informe policial también alega que el sacerdote fue encontrado «actuando de forma sospechosa, ebrio y en compañía de una mujer joven» a bordo de una furgoneta aparcada en el arcén de la carretera. Esto se ha convertido en una falsa acusación habitual contra los sacerdotes detenidos, destinada a denigrar y desacreditar a la Iglesia Católica.
Tercer sacerdote detenido en una semana
Según Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el padre Montesinos es el tercer sacerdote detenido en una semana en Nicaragua. La Diócesis de Estelí ha confirmado que el P. Eugenio Rodríguez y el P. Leonardo Guevara Gutiérrez también están siendo investigados por las autoridades policiales.
Se suman a la creciente lista de clérigos y religiosos católicos acosados, expulsados o detenidos injustamente en la cárcel. Entre ellos, el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, condenado el 10 de febrero a 26 años de cárcel por un tribunal de Managua, despojado de su ciudadanía y condenado a pagar una cuantiosa multa, acusado de traición a la patria, atentado contra la integridad nacional y difusión de noticias falsas. Actualmente se encuentra detenido en la cárcel de seguridad La Modelo.
AIN: Un claro intento de silenciar a la Iglesia en Nicaragua
«Asistimos a un claro intento de silenciar a la Iglesia en Nicaragua», denunció AIN en su comunicado difundido el viernes. «En una situación de fuerte degradación política y social, el papel de la Iglesia como gestora de paz y promotora de la reconciliación se ha traducido en represión, falsas acusaciones, detenciones y penas de prisión injustificadas», señaló la fundación.
Las relaciones entre el Gobierno de Nicaragua y la Iglesia católica son tensas desde abril de 2018, cuando una ola de protestas contra el régimen fue brutalmente reprimida por las autoridades nicaragüenses, y han empeorado aún más tras las polémicas elecciones de 2021 que confirmaron al presidente Ortega para otro mandato.
El líder sandinista ha acusado repetidamente a los obispos, e incluso al Vaticano, de conspirar contra él, a pesar de los intentos de la Iglesia de mediar en las protestas de 2018.
Desde el estallido de la crisis, las autoridades nicaragüenses han detenido a varios sacerdotes, expulsado a misioneros, cerrado radios y universidades católicas y prohibido procesiones y peregrinaciones.
En 2019 el obispo auxiliar de Managua Silvio José Báez se vio obligado a exiliarse y, en marzo de 2022, el nuncio apostólico en Nicaragua, el arzobispo Waldemar Stanislaw, fue expulsado como «persona non grata».
Además, en marzo de este año Ortega ordenó el cierre de la nunciatura vaticana en Managua y el de la embajada de Nicaragua ante el Vaticano en Roma.
Ataques continuos contra iglesias
Las iglesias también han sido objeto de varios ataques y profanaciones. Este año ya se han registrado 90 de estos ataques, el último de los cuales, según ha informado la Agencia Fide, ocurrió hace unos días en una capilla del departamento de Masaya donde fue profanado el Santísimo Sacramento.
Un reciente informe de la abogada nicaragüense Martha Patricia Molina, titulado «Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?», registró 529 ataques desde 2018, con una cifra récord de 161 incidentes en 2022.