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El Padre Manuel Maza celebra 50 años de sacerdocio

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El sacerdote jesuita Manuel Pablo Maza Miquel, celebró sus bodas de oro sacerdotales, con una misa de acción de gracias oficiada por el arzobispo metropolitano de Santiago, monseñor Freddy Bretón, en la parroquia universitaria Nuestra Señora de la Anunciación, de esta ciudad.

Autoridades de la iglesia, sacerdotes,  catedráticos de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y  amigos del misionero de origen cubano, ordenado sacerdote en 1972, asistieron a la celebración.

En la homilía pronunciada en ocasión de su 50 aniversario de vida sacerdotal,  el padre Maza dijo: “Agradezco al Señor que me llamó, a la Iglesia, familiares, a tantas amigas y amigos, y  a la Compañía de Jesús que me han sostenido hasta llegar aquí”.

Al reflexionar sobre su vocación y su presbiterado, dijo que lo ordenaron para servir su fe en este Jesús que nos consagra en un sacerdocio real.

“El sacerdocio de Jesús, que es el nuestro, su sacerdocio y mi presbiterado, es un sacerdocio, que no se apoya en distancias sacrales, sino en la cercanía solidaria y salvífica, “pasó por donde pasamos, por eso nos puede ayudar” (Hebreos 2, 18). Nos fortalece con su debilidad, nos enriquece con su pobreza, nos lleva a la plenitud con su anonadamiento (Filipenses 2, 1 – 11)”, expresó.

El padre Maza indicó  que su mejor regalo ha sido agradecer juntos. “Ustedes son parte del ciento por uno prometido por Jesús (Mateo 19, 23 – 30). No seamos amigos solo para agradecer, atrevámonos a construir juntos. Encontrémonos de nuevo muchas veces apoyando a la Arquidiócesis de Santiago de los Caballeros, a mis hermanos párrocos, cuyo presbiterado entregado me inspira siempre, a las obras sociales de la arquidiócesis,  a la PUCMM, su pastoral juvenil, los campamentos, FUNCREEMOS, siembra del Padre Richard Bencosme”, manifestó.

El sacerdote expresó que junto al pueblo dominicano, hermano mayor en la fe de todos los pueblos de América, confesemos con San Bartolomé a Jesús como el Hijo de Dios (Juan 1, 45 – 51) y no olvidemos jamás, que si la bandera lleva una cruz, en verdad, es la cruz la que lleva la bandera.