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Hacia la batalla final: Salvemos las dos vidas.

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El pasado miércoles 28 de abril, la Cámara de Diputados de la República Dominicana, ha aprobado en una milagrosa primera lectura con una de las causales, de las tres que se habían introducido en esa augusta representación del pueblo dominicano. Fueron 146 votos a favor y 14 en contra.  La causal que hace referencia cuando la salud o la vida de la madre esté en riesgo, tendría un peligro, que se practique el aborto, aunque verdadera, real y efectivamente la madre nunca ha estado en riesgo, ni salud ni su vida.

Para los que defendemos la vida, sin importar la religión que profesemos, hemos estado realizando  acciones, como Vigilias de Oración, Caravanas Celestes por la Vida, Charlas pro vida,  foros virtuales, entre otras actividades de orientación sobre el don de la vida. Siempre el aborto es un crimen abominable.

Sectores internos  y externos, grupos feministas propugnan por la despenalización del aborto en las tres causales, a saber: violación y/o incesto, porque el feto es inviable o es incompatible con la vida extrauterina, o porque la  vida o salud de la madre esté en peligro.

Es contraproducente llamarse a sí mismos organismos que trabajan por la salud y los derechos humanos, cuando, no por ignorancia promueven la practica abominable del aborto. Aniquilar vida humana no es ni salud, ni derechos, ni modernización, es cruelmente atropello injustificado y deleznable.

El respeto a la vida,  es un derecho fundamental del ser humano, y así esta  consignada en  la Constitución de la República del 26 de enero de 2010.

El papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium ha sostenido con firmeza:”Cuánto más indefensos son los seres humanos, tanto más deben ser preferidos. Motivo por el cual los concebidos pero aún no nacidos, deben ser especialmente preferidos: “Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección. Toda violación de la dignidad personal del ser humano grita venganza delante de Dios y se configura como ofensa al Creador del hombre. (.213) Abortar no es progresista, ya que nunca será lícito ir contra el hombre hasta causar su destrucción, su muerte violenta. Abortar no es progreso, sino retroceso, no es luz, sino tinieblas y oscuridad… No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana (n. 214)”.

Felipe de Js. Colón

El autor es Juez del Tribunal Eclesiástico