Sabes, hoy me he levantado pensando que nadie es tan malo que no posea cosas buenas que podamos señalarles, por ejemplo llega a mi pensamiento aquel día que le fue robado un sombrero al primer Teniente del Ejercito Nacional, Rafael Leónidas Trujillo, mientras se encontraba participando de una fiesta en San Francisco de Macorís, obviamente su enojo fue muy visible y no quería retirarse de aquel lugar sin su sombrero. Todos sus esfuerzos fueron en vano y al agotar su tiempo decidió retirarse, no sin antes anunciar en un tono desafiante que regresaría al día siguiente a las 10 de la mañana a buscar su sombrero y de no encontrarlo conocerían de lo que era capaz el Teniente Trujillo, aclarando que no lo decía por el robo en si, del Sombrero, sino porque en el mismo se encontraba el Escudo Dominicano, manifestando de esa manera cuanto amaba y respetaba los símbolos patrio de nuestra Patria . Con esta apreciación no quiero defender lo indefendible. Pero si quiero dejar claro que somos muy alegres a la hora de cuestionar y juzgar a aquellas personas, que con sus actos del pasado forman parte de nuestra historia, y los comparamos con los personajes de nuestra historia reciente, si hacemos una análisis justo y profundo en muchas cosas los actuales son peores que los de antes. Pero sin enfocarnos en nuestros gobernantes, todos hemos dejado de amar y respetar aquellos símbolos que nos representan; un ejemplo fácil de palpar lo es ,la indiferencia que mostramos frente a nuestro Himno Nacional.
Antes al pasar por un recinto policial, militar o de los bomberos a las 8 de la mañana o las 6 de la tarde teníamos que detenernos en atención y permanecer como si fuéramos soldados, excusa que yo usaba con mucha frecuencia al llegar tarde al Colegio donde estudiaba.
Subir la Bandera Nacional en estos recintos oficiales era una oportunidad también que aprovechaban los reclusos para intentar fugarse de aquellos recintos que funcionaban como cárceles, y pena de aquellos soldados que interrumpían aquel minuto dedicado a la bandera para perseguirlos. Nuestro país anda mal, y es precisamente porque nosotros ya no respetamos aquellas cosas que nos identifican ( Las Pequeñas Cosas, como nos dice el interprete dominicano Prince Royce). Todos sabemos lo que se ocurre con nuestra Carta Magna o Constitución. Si comparamos los de antes y los de ahora podemos fácilmente ver como Juan Pablo Duarte hizo uso de la fortuna se sus padres para obtener la independencia de nuestro país, sin embargo hoy es todo lo contrario, nuestros políticos buscan posiciones para obtener Fortuna y de esta manera emitir un mensaje negativo a nuestros muchachos.
Escrito por Julio Vásquez.