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Dos obispos de EE.UU convocan una cruzada de Rosarios por la pandemia y la crisis social en el país

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Dos obispos han puesto en marcha cruzadas de rosarios en sus respectivas diócesis en el mes de agosto, pidiendo a los católicos que lleven a cabo diariamente la oración por el fin de la pandemia, por la justicia y la paz, por el fin de la profanación de iglesias y por otras múltiples intenciones.

(CWR/InfoCatólica) «En nuestro actual momento de crisis, nuestra Iglesia, el mundo y nuestro país necesitan la fe en Dios y la protección e intercesión de María», dijo Mons. Samuel Aquila, arzobispo de Denver, en una declaración del 7 de agosto. «Y por ello… estoy lanzando una Cruzada del Rosario para pedirle a María que lleve urgentemente nuestras necesidades a Jesús»

Mons. Aquila invitó a todos los católicos de su diócesis a rezar un rosario diario, comenzando en la Solemnidad de la Asunción de María, el 15 de agosto, hasta la Solemnidad de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de septiembre. Pidió que rezaran por 15 intenciones distintas, incluyendo el fin de la pandemia del coronavirus y de todos aquellos que han muerto por el virus, y el fin del aborto y de la eutanasia y de los ataques contra la vida, así como por la paz, la justicia y el fin de la discriminación por motivos de raza.

«Nos dirigimos a María en nuestra dificultad porque es nuestra madre espiritual, que con su ‘sí’ al Señor abrazó los caminos misteriosos del poder de Dios todopoderoso», señaló Aquila.

Mons. Aquila dijo que la inspiración para su cruzada del rosario vino del obispo Carl Kemme de Wichita, quien en julio anunció que comenzaba una cruzada del rosario para el mes de agosto en su diócesis con intenciones similares.

En su mensaje a los católicos de su diócesis, Mons. Kemme dijo que aunque la pandemia, la injusticia racial, los disturbios civiles y otros trastornos que América está experimentando este año pueden parecer «tiempos sin precedentes», la Iglesia y sus miembros han experimentado sufrimientos similares -y peores- a lo largo de los tiempos.

«Se ha dicho que vivimos en tiempos sin precedentes. Pero, ¿realmente lo hacemos?» escribió el obispo. «Pero al fin y al cabo, cualquier aficionado a la historia y especialmente a la historia de la Iglesia puede atestiguar que la Santa Madre Iglesia ya ha experimentado todo lo que estamos viviendo y aún peor, cosas como plagas y pandemias, persecuciones de cristianos, ataques violentos contra personas por razón de su color u otros rasgos discriminatorios, la profanación desvergonzada de iglesias y estatuas y actos que causan escándalo, incluso por parte de aquellos que están llamados a servir como líderes de la fe».

Aunque los sucesos actuales pueden provocar sentimientos de «incertidumbre, miedo y consternación», dijo, «…la Iglesia ha pasado por esto antes. La única diferencia entre entonces y ahora somos nosotros. Somos los que Dios ha elegido y destinado a vivir en este momento de la historia, llevando nuestra fe, como lo hicieron nuestros predecesores, de modo que con la gracia de Dios y sólo por la gracia de Dios, nosotros también triunfaremos y superaremos todas las adversidades y nos fortaleceremos en la fe, la esperanza y el amor en el proceso».

Kemme dijo que invitó a todos los católicos de su diócesis a fortalecer o redescubrir su fe en estos tiempos, principalmente a través de los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía

Además de un renovado compromiso con la vida sacramental, Kemme también invitó a su diócesis a una cruzada del rosario de un mes de duración, porque «el rosario ha sido recomendado a los fieles durante siglos como una oración de contemplación, un arma contra el mal y una fuente de fuerza y consuelo divino».

Kemme señaló que si bien los católicos pueden sentirse impotentes, «podemos y debemos rezar siempre. La oración no es una respuesta pasiva a los desafíos de la vida, o algo que hacemos en ausencia de algo más productivo o beneficioso; cualquier oración en cualquiera de sus formas es un compromiso activo, un llamano a los poderes del cielo a venir en nuestra ayuda. Rezo y espero que miles de personas de toda la diócesis decidan participar para que juntos y por la poderosa intercesión de María, salgamos de esta oscuridad actual con una renovada fe y confianza en Dios».