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El Guadalquivir y sus nombres

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Amante desde niña de los libros, en mis primeros cursos, solía tomar el viejo diccionario de la casa desgastado por el uso de los hermanos mayores, buscaba al azar la primera palabra que me viniera a la mente, tocaba el turno a Guadalquivir, por haber sido el trabajo de la escuela.

Recuerdo que empezar a leer, llamó mi la atención unas palabras en un idioma extraño, era algo más o menos así:  al-wādi al-kabīr, que traducía río grande. Me sumergí en la historia tan diversificada del río Guadalquivir engarzándolo al mapa de mis fantasías.

El río rodea la ciudad de Sevilla, adormece con su rumorosa corriente el centro histórico y desde la bellísima Plaza España, su brisa es el mejor abanico andaluz en el tórrido calor del verano.

Lejos de mi mente estaba que con el tiempo, ese río formaría parte de lo que hoy es mi entorno.

Hablamos del gran río de la región de Andalucía, con una cuenca hidrográfica que  abarca todas sus provincias, es tal su caudal que toca tierra de Albacete y Ciudad Real, en Castilla La Mancha, llegando a algunas comarcas de Badajoz en la región de Extremadura y de Murcia.

Tres regiones de España se benefician del cauce del Guadalquivir, el viejo y gran río que así como es de grande, igualmente inmenso es el alcance de su historia.

Es quizás el río que a través del tiempo se ha llamado con una pluralidad de nombres: Esteban de Bizancio, lexicógrafo griego del siglo VI le llamó Perkes o Perci, Tito Livio lo nombró Certis y a pesar de no estar plenamente certificado, su primer nombre  fue Baetis o Baitis y se atribuye al período pre-romano.

El Guadalquivir fue llamado Betsi en tiempos de los fenicios y que algunos navegantes de origen griego le llamaban Tharsis haciendo referencia al reino de los Tartesos.

Con la llegada de los árabes a la región andaluza y el establecimiento de la capital en Córdoba, el río comenzó a ser llamado Nahrqurtuba, cuyo significado era Río de Córdoba.

Y faltan más, sería extenso abundar sobre los diversos nombres antiguos del río, sobre todo porque son vocablos de idiomas extraños que más que aclarar confundirían.

Agregar que el nombre de Río Grande, es originario de los vocablos Wad al Kabir, que  luego fue solo Al Kabir o Kebir una aleación hispano-árabe que con la llegada de Fernando III  a Sevilla en el siglo XIII, el río fue adoptando el nombre de Guadalquebir o Guadalquibir, evolucionando hasta Guadalquivir su nombre actual y parece que definitivo.

Aunque nunca se sabe, vivimos tiempos difíciles en que cualquier cosa podría suceder, tiempos de fuertes pandemias solo conocidas en la historia, de manera que no habrá que dudar que nuevamente se levanten tres naves, eso si, modernas y equipadas de Internet y se lancen a los mares a descubrir territorios, conquistarlos y dominarlos.

Miuris (Nurys) Rivas