Según informa Vida Nueva, el Papa ha pedido al cardenal Osoro que erija en la archidiócesis de Madrid una sede del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II, que pasaría a ser la segunda oficial en España junto con la de la archidiócesis de Valencia.
(Vida Nueva/InfoCatólica) Según Vida Nueva, las actuales extensiones de Murcia y Alcalá de Henares quedarán como instituciones de ámbito diocesano no relacionadas con el PITJPII.
La revista asegura que se están intensificando los contactos tanto a nivel del Arzobispado de Madrid, de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal Española para «la pronta puesta en marcha» de esta sede, que también ha de servir «para reconducir la situación de los estudiantes, porque se estaba ofreciendo una enseñanza no reglada, incluso con convivencias de fines de semana por las que se daban unos determinados créditos».
Sin embargo, InfoCatólica puede confirmar que en ámbitos eclesiales se sospecha que el número de alumnos puede reducirse significativamente, debido precisamente a los cambios de estatutos y de plan de estudios, que no respetan el deseo de San Juan Pablo II cuando fundó el Instituto que lleva su nombre. Ese cambio ha provocado una reacción importante de los alumnos del PITJPII en Roma, así como de profesores y ex-profesores de la institución. El hecho de que se haya anunciado la presencia de académicos que sostienen posturas contrarias al Magisterio de la Iglesia, no ha ayudado a calmar los ánimos
La propia revista Vida Nueva, tras explicar que habrá un claustro estable y además colaborarán profesores de las demás instancias universitarias de la archidiócesis madrileña, como Comillas, el Instituto Superior de Pastoral (dependiente de la Pontificia de Salamanca), San Dámaso y el Instituto Teológico de Vida Religiosa, entrecomilla la declaración de algún responsable diocesano de Madrid, que asegura que la antigua extensión del anterior instituto no se refunda, sino que se extingue:
«Se quiere que todas las realidades presentes en la diócesis contribuyan a difundir este evangelio de la familia para una formación reglada. No se trata de borrar lo que se ha hecho, sino de aceptar que esto es un segundo momento y una segunda institución, en unos tiempos distintos, y con un Papa distinto, que ha hecho un encargo muy hermoso. Pero no es una refundación: lo que se ha hecho es una extinción del anterior Instituto».