Inicio Carta del director A ti Karen

A ti Karen

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Hoy temprano me he enterado de tu partida.
Tu, mujer joven, bella e inteligente,
maestra por vocación.
Muchacha alegre, poseedora
de la más  bella sonrisa.

Tú, la más  aplicada de tu escuela,
aquella que con su simpatía
y belleza exagerada que conquistó
el corazón de un joven apuesto y adinerado,
pero de unos sentimientos oscuros
acostumbrado a dar los abrazos de Judas.

Si, a él, le entregaste tu alma pura
tu cuerpo conservado y todo lo que pudiste
incluyendo tres ángeles a los que llevaste en tu vientre-
vientre sagrado capaz de dar vida.
A él, le entregaste todo, todo, sin excepción.

Muchos aseguraban que él no  merecía tu amor,
pero tu, mujer enamorada solo podía ver sus virtudes disfrazadas,
mientras preparaba la espada con la que te daría el toque final
en la complicidad con la justicia injusta de un sistema cuya balanza se inclina
donde hay mayores intereses.

Así, confabulados ellos te atravesaron el corazón
dividiéndolo en dos partes. Desesperada buscaste el refugio de tus padres,
ellos trataron de minimizar  tu dolor , resultando en vano sus esfuerzos.
Viste cerradas todas las vías y una sola alternativa ” arrancar” de una vez y para siempre
aquel calvario que paulatinamente se estaba llevando tu respirar- Suicidio, dicen todos
que cometiste.

Algunos te tildan de cobarde, otros aseguran, fue una decision incorrecta, pero valiente,
porque arrancaste de ti, todo aquel dolor causado por la ausencia de tus hijos que fueron arrebatados
de tu pecho por su padre abusador y cobarde, aquel que alguna vez, llamaste príncipe azul. Dejaste de sufrir, cerraste los ojos y abriste una herida en el corazón de todo aquel que te conocía o que simplemente se enteró de tu trágico final. Yo fui testigo de las lágrimas derramadas por una de tus amigas    ( Lucy ) y haciendo yo, un gran  esfuerzo evité llorar en su presencia, pero no pude detener aquel torrente de lágrimas que salió de mi alma dejándola por algún momento nublada, recuperando la normalidad solo después de dirigir una plegaria al Padre Celestial para que otorgue a tu familia la paz perdida, mientras que para el causante de tus heridas, que siempre sienta en su interior el peso
de haber traicionado el más puro amor que para el apartaste y que su almohada emita un sonido cada 30 segundos con las palabras, que componen tu nombre,   ( Karen )

Julio Vasquez