Hace dos años que el ISIS fue derrotado. Tres que la ciudad de Mosul fue liberada. Llegó a contar con 35.000 cristianos, hoy unas pocas decenas y la gracia de Dios.
(ACN/InfoCatólica) Tal día como hoy de 2017, se declaraba la derrota del ISIS (Estado Islámico, Daesh). Un año antes tuvo lugar la liberación de Mosul, después de las barbaridades que nos fuimos enterando: la ciudad estaba sometida a la sharía, conversiones forzosas, ejecuciones masivas. El Padre Amanuel Adel Kloo explicó a ACN (Ayuda a la Iglesia Necesitada) que en ese momento «nadie creía que los cristianos volverían a Mosul»
«Cuando la Iglesia abra sus puertas, mucha gente volverá»
El año pasado, el Patriarca de Babilonia de los Caldeos, Louis Raphael I, se dirigió con un mensaje a los refugiados forzados a huir de su ciudad para expresarles su cercanía en la oración, junto con la esperanza de «que puedan volver pronto a casa, en la tierra de vuestros padres».
El Padre Kloo decidió regresar. Actualmente, de hecho, es el único sacerdote en Mosul. Siente que es su misión es «servir bajo la Cruz» y, al mismo tiempo «mantener y salvaguardar el legado de los cristianos». Ese legado incluye a las iglesias cristianas, que datan de alrededor de 1.200 años de antigüedad. Como parte de esa labor, está reconstruyendo la Iglesia de la Anunciación, que será la primera en ser restaurada en Mosul.
Cuando concluya su primera obra, el Padre Kloo espera ser capaz de construir una residencia para universitarios y para los necesitados, pero lo más urgente para él es construir un colegio cristiano, ya que la mayoría de habitantes de Mosul son musulmanes. Lo considera como un factor decisivo si quiere que las familias cristianas consideren regresar.
El trabajo de reconstrucción de la Iglesia de la Anunciación espera que se prolongue en unos tres meses. Se siente esperanzado con esta obra, porque puede suponer un renacimiento del cristianismo en esta ciudad histótica. «La gente todavía está asustada», cuenta. «Sin embargo, cuando la Iglesia y los otros edificios abran sus puertas, se sentirán más seguros…y mucha gente volverá».
No son mucho más de 30 o 40 los cristianos que han regresado a Mosul, explica. Pero hay una comunidad mucho mayor de cristianos «itinerantes» o desplazados. Un caso es el de los aproximadamente 1.000 estudiantes cristianos que viajan cada día a la Universidad de Mosul desde las pequeñas ciudades y pueblos de los alrededores. Otros pocos cientos de trabajadores cristianos, muchos de los cuales trabajan para el gobierno, se encuentran reparando las instalaciones de suministro de agua y electricidad. El Padre Kloo mantiene la esperanza en que algunos de ellos vuelvan alguna vez a Mosul.
La lenta recuperación de la comunidad cristiana de Mosul
En 2003, según ACN, la comunidad cristiana en Mosul contaba con alrededor de 35.000 fieles. En los siguientes 11 años que siguieron al comienzo de la guerra que acabó con el derrocamiento de Sadam Hussein, su número cayó de forma trágica. Informan desde la fundación pontificia de que el secuestro y el asesinato de cristianos se convirtió en algo casi diario. Muchas de las Iglesias estaban cerradas antes de la invasión del Estado Islámico, porque muchos cristianos ya habían abandonado Mosul, siguiendo a los asesinatos en 2008 del Obispo Raho y el Padre Ragheed.
En 2014, sólo quedaban unos 15.000 cristianos, entre creyentes de varios ritos, incluyendo caldeos, sirio-ortodoxos, católicos y algunos cristianos armenios. Con la llegada de los yihadistas, las campanas que habían sonado en Mosul durante por lo menos 2.000 años, quedaron en silencio. Miles de cristianos huyeron de la ciudad de forma inmediata. Los que no lo hicieron, fueron obligados a convertirse al Islam, o ejecutados.
A día de hoy, a pesar de que Mosul se encuentra casi vacía de cristianos, continúa siendo la sede de dos obispados en Irak. Ambas diócesis se han visto reforzadas en los últimos meses con el nombramiento de nuevos prelados. En enero, se hizo oficial el de Najeeb Michaeel Moussa como Arzobispo de los católicos caldeos de la Archidiócesis de Mosul, y en junio, como obispo auxiliar a Nizar Semaan, que llegó para ayudar al Arzobispo Petros Mouche de la Archidiócesis sirio-católica de Mosul.