El intérprete de Jesucristo en la película La Pasión de Cristo, en una conferencia el 1 de junio en Amsterdam, hizo un llamado en favor del reconocimiento del papel de la Virgen María como Corredentora, en un nuevo dogma mariano.
(Gaudium Press) Jim Caviezel, quien alcanzó fama mundial al interpretar el papel de Jesucristo en la película La Pasión de Cristo, dió el pasado 1 de junio una conferencia sobre su experiencia personal de devoción a la Santísima Virgen María, con motivo de la Hora Santa Eucarística por la Paz del Mundo celebrada en la ciudad de Amsterdam el 1 de junio, en el RAI Convention Center.
El actor hizo un llamado en favor del reconocimiento del papel de la Madre de Dios como Corredentora, en un nuevo dogma mariano.
«La Pasión revela la verdad bíblica obvia de que María, como ninguna otra persona, participó en el sufrimiento de Jesucristo, como “Corredentora”», indicó el actor, al reflexionar en su propia participación en la cinta. «Como exclamó Santa Teresa de Calcuta: “Por supuesto, María es la Corredentora. Ella le dio a Jesús su cuerpo, y el ofrecimiento de su cuerpo es lo que nos salvó”». Caviezel indicó que la película representa a la Madre de Dios como la única persona consciente de que los actos que se desenvuelven involucran la salvación del mundo y como la directamente opuesta a la figura de Satanás.
El actor expresó su firme creencia personal de que la Santísima Virgen es «Corredentora, Mediadora de todas las gracias y Abogada de la humanidad», además de ser la Madre espiritual de todos los creyentes.
«Es mi esperanza y mi oración que el Papa proclamará esta verdad como un dogma mariano, de forma que cada uno de los seres humanos sepa que tienen una Madre espiritual que los ama, y quien va a interceder para llevarlos a Jesús, su verdadero Salvador!».
El papel de la Santísima Virgen en la actualidad debe ser de cada vez mayor importancia para los creyentes en un mundo donde «el poder de Satanás es evidente», por lo cual aconsejó a los presente a confiarse a Ella en espera del cumplimiento de su promesa expresada en sus apariciones de Fátima: «Al final mi Inmaculado Corazón triunfará… y un período de paz será concedido al mundo».
El actor culminó su presentación con un llamado a los creyentes: «¡Clamen a su Madre, recen el Rosario por la paz del mundo! ¡Adoren a Jesucristo en la Eucaristía y el Cielo va a responder!».